julio 19, 2017

la punta del iceberg

Supongo que M y yo estábamos un poco sobrepasados.
Porque el día que le escribí ese mail no puede enviárselo o leérselo como era mi intención.

Esa misma noche antes de poder sentarnos a conversar, en media cena discutimos.
Para ser más exactos él me gritó. Con público y todo (L expectando)

M no grita.
Yo no permito que nadie me grite.

Son 5 semanas y nos queda el resto de vida...
No quiero huir, no quiero alejarme, no quiero dejarlo.

Pero necesito pensar.
Pensar si soy lo suficientemente fuerte para esto.

Porque sé que en algún momento, él me verá como si yo fuera la causante de sus pesares. Y yo debo ser fuerte para no permitir que su frustración me afecte.  (lo sé porque así lo dicen los testimonios de las páginas de insuficiencia renal que ahora leo)

Me pidió disculpas, sí...

Pero para mi esto es la punta del iceberg nada más...
No me caso aún y ya temo en algún momento (en menos de 15 años) quedarme viuda.
No tengo hijos con él aún pero no quiero que mis hijos crezcan sin su padre.

M perdió a su mamá muy joven (tenía 23 años, la edad de mi hermano)
Y desconozco los detalles, desconozco si ella pudo evitar deteriorarse tan pronto. Desconozco los pormenores, sus luchas...

Quiero a M para el resto de mi vida... si no, no estaría con él en este momento.

Pero... Y si él no hace todo lo necesario para frenar la enfermedad?

Si quiero casarme con él, tengo que estar segura que él hará todo, todo, todo lo que esté a su alcance.

Yo no quiero traer hijos al mundo, sabiendo que verán morir a su padre pronto.

Soy fatalista? Quizá.
Me estoy adelantando? Sí.
Pero también estoy viendo todo el panorama... debo ver todo el panorama. Soy responsable de mi, de mi E, de mis futuros Es... (hijitos que aún no tengo)


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